Nace la sombra tras la luz. Camino ligero, doy pasos largos que me llevan seguro a alcanzar la luna. A veces miro a mi alrededor, me paro, observo, vuelvo a mirar.
Todo para mi consiste en un vaivén, movimiento continuo. Incluso cuando estoy parado sigo moviéndome.
Las olas, las nubes, las gaviotas, tus ojos de aquí para allá.
Olas rompiendo.
Veo el mundo de una manera que me transforma, distintas
imágenes se proyectan en mi mente de una forma rápida
aunque empleo muchas horas nocturas en captar con mi
cámara el instante preciso.
Tormenta en la noche de Luarca.distintas imágenes se proyectan en mi mente de una forma rápida
Me atrapa el momento y se congela la imagen que tiene vida,
una vez más a través de los ojos que la miran.
la luna atrapada en el agua.
Un minuto en el que todo parece pararse, la villa descansa bajo mis pies, es de noche y se mece la luna en el agua del mar.
la noche en luarca
Cómplices me llevan a transitar por otros lugares, subo tranquilamente paseando y disfrutando del entorno hacia esa villa de Indianos abandonada. Que como si fuese un imán me atrae hacia su centro. “ La Cúpula verde”.
Casa de indianos abandonada.
Historias pasan una tras otra como cine mudo, en el que se perciben los fantasmas que allí habitan.
Mi amiga la linterna a veces me ayuda a proyectar la luz más lejos en el horizonte, ver más allá de nuestros propios límites. Y así poco a poco voy emergiendo entre la luz, el agua, la noche, el movimiento, lo antiguo y lo nuevo.
el faro que alumbra la noche
Emerjo de mi mismo, rompo con el cascarón y salgo a la superficie transformando ese espacio aburrido en algo sublime. Entonces tú me puedes ver tal cual soy. Una luz perseguida por una sombra que la alcanza en el rincón más oculto.
La noche siempre me regala alguna estrella que me llevo en el bolsillo de mi pantalón.
Rayos que iluminan.
El sol sale del mar.
Gracias a todas esas personas que me apoyan a diario en mi trabajo, pues siempre lo digo: Si lo hago es para hacerlo bien y para que tus ojos lo vean.